Las leyendas más locas y misteriosas de Barcelona

Barcelona no solo es Gaudí, tapas y playa, también es un lugar donde las historias más raras, misteriosas y a veces disparatadas se esconden en cada rincón. Desde fantasmas con mal humor hasta calles que cambian de nombre por culpa de un dragón, la ciudad está llena de leyendas que te harán mirar las fachadas con otros ojos (y quizá un poco de miedo). Vamos a darle caña a esas historias que no te cuentan en las guías oficiales.
La leyenda del dragón del Parc Güell
El Parc Güell es precioso, sí, pero también tiene su lado oscuro. Se dice que bajo uno de los bancos ondulados —sí, ese que parece un lagarto gigante— vive un dragón dormido. No es un dragón cualquiera: este es un dragón catalán, que no escupe fuego sino chistes malos y sarcasmo.
Cuenta la leyenda que si alguien se sienta en el banco y le dice “despierta, dragón”, el parque se llenará de turistas pero también de... turistas desaparecidos. Nadie sabe bien qué pasa con ellos, pero algunos juran haberlos visto luego en la cola del metro, vagando sin rumbo.
Fantasmas en el Barri Gòtic
El Barrio Gótico parece sacado de una peli de terror, y no es casualidad. Se cuentan muchas historias de fantasmas que pasean por sus callejuelas estrechas. La más famosa es la de la Dama de Blanco, que según dicen aparece por las noches llorando porque perdió su bolso (y el móvil).
Los más valientes aseguran haber escuchado pasos, susurros y hasta una risita nerviosa cerca de la Catedral. Pero ojo, no es para preocuparse... salvo que vayas solo y sin batería en el móvil.
El misterio de las cabezas de la Catedral de Barcelona
Si alguna vez has estado en la Catedral de Barcelona, seguro te has fijado en las cabezas grotescas que adornan la fachada. Pues bien, hay una leyenda que dice que esas cabezas no son meras decoraciones, sino que son las almas de los constructores que trabajaron en la catedral y murieron ahí mismo.
Dicen que, de vez en cuando, esas cabezas se mueven y murmuran entre ellas sobre los chismes del barrio y quién fue el que olvidó el almuerzo en la obra. Pero si les haces un gesto raro, te lanzan una mirada de esas que te hacen arrepentirte de no haber comprado el croissant de antes.
La calle del Pecado (Carrer del Pecat)
¿Sabías que hay una calle en Barcelona llamada “Carrer del Pecat” o calle del pecado? Cuenta la historia que en esta calle vivía una vez una bruja que hacía pociones y organizaba fiestas tan locas que hasta los guardias se apuntaban.
Los vecinos dicen que, si caminas rápido por ahí, aún puedes oír risas y música electrónica de los años 1800. Por eso, la mayoría de turistas pasa de largo, y los locales aprovechan para tomar unas cañas en los bares cercanos sin preocuparse de fantasmas ni brujas.
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